Chivitos orientales
Bocados emblemáticos del Uruguay, estos sándwiches suculentos, los chivitos, como la divinidad según el hinduismo, pueden tener múltiples rostros.
Por Elisabeth Checa
24 de Septiembre de 2013
Muchos platos y bebidas fundamentales y simbólicas de la humanidad, se inventaron o aparecieron por azar, ese regalo de los dioses. Desde las papas soufflé o la causa limeña hasta el champagne.
El chivito, de perfil bajo, bien uruguayo, también tuvo su historia. Fue creado en los años 1940 por Antonio Carbonaro, propietario del desaparecido restaurante \\"El Mejillón\\" de la Ciudad de Punta del Este. Por azar. Alguien pidió un chivito probado en la provincia de Córdoba en Argentina. Como no tenían el animal improvisaron un plato con lo que tenían a mano: pan tostado con manteca, rodaja de jamón un churrasco mínimo y jugoso. Todo en forma de sándwich. Lo bautizaron chivito, las cosas existen cuando se las nombra. Se había inventado el chivito oriental, al que se le fueron añadiendo cosas. A veces se sirven con papas fritas y huevos fritos. De light, nada.
La idea se transformó en un éxito, llegando el restaurante a vender mil chivitos por día. Dos carnicerías de Punta del Este mantenían su negocio sólo con la carne con la que aprovisionaban al mencionado Restaurante. A partir de allí el “Chivito” se fue expandiendo a lo largo y a lo ancho del territorio, hasta convertirse en el plato típico por excelencia del País Oriental.
Como acuerdos, casi siempre cerveza, pero creo que queda muy bien con un Tannat bebible, sin paso por madera.Todos tienen algo de los sándwiches de Dagwood, prehistórico personaje de comics.
Amamos Uruguay, sus escritores- Mario Levrero y Felisberto Hernández- sus playas, su gente, sus Tannat y sus Verdelhos, sus nuevos olivas. Y los suculentos chivitos a la hora del hambre, algún mediodía en Montevideo. Merecerían tener Denominación de origen, aunque en Argentina el chivito ya la tiene: es un flaco y delicioso bicho de Chos-Malal, en la infinita Patagonia.
El chivito, de perfil bajo, bien uruguayo, también tuvo su historia. Fue creado en los años 1940 por Antonio Carbonaro, propietario del desaparecido restaurante \\"El Mejillón\\" de la Ciudad de Punta del Este. Por azar. Alguien pidió un chivito probado en la provincia de Córdoba en Argentina. Como no tenían el animal improvisaron un plato con lo que tenían a mano: pan tostado con manteca, rodaja de jamón un churrasco mínimo y jugoso. Todo en forma de sándwich. Lo bautizaron chivito, las cosas existen cuando se las nombra. Se había inventado el chivito oriental, al que se le fueron añadiendo cosas. A veces se sirven con papas fritas y huevos fritos. De light, nada.
La idea se transformó en un éxito, llegando el restaurante a vender mil chivitos por día. Dos carnicerías de Punta del Este mantenían su negocio sólo con la carne con la que aprovisionaban al mencionado Restaurante. A partir de allí el “Chivito” se fue expandiendo a lo largo y a lo ancho del territorio, hasta convertirse en el plato típico por excelencia del País Oriental.
Como acuerdos, casi siempre cerveza, pero creo que queda muy bien con un Tannat bebible, sin paso por madera.Todos tienen algo de los sándwiches de Dagwood, prehistórico personaje de comics.
Amamos Uruguay, sus escritores- Mario Levrero y Felisberto Hernández- sus playas, su gente, sus Tannat y sus Verdelhos, sus nuevos olivas. Y los suculentos chivitos a la hora del hambre, algún mediodía en Montevideo. Merecerían tener Denominación de origen, aunque en Argentina el chivito ya la tiene: es un flaco y delicioso bicho de Chos-Malal, en la infinita Patagonia.