Budines, disfrutes cotidianos

Los budines, dulces o salados, son preparaciones que se resuelven rápido.

Por Elisabeth Checa
17 de Julio de 2019
Osvaldo Gross es un maestro a la hora de crear deliciosos budines dulces para la hora del , con chocolate o mezclando frutas, oliva y yogur.
 
Los cítricos son una base ideal: quinotos, mandarinas, limón o naranjas. Solos o mezclados en trozos en la procesadora junto a 3 huevos, una taza de azúcar y una de harina leudante.

El budín de arroz con leche, pasas y frutos secos, cocinado en un molde con azúcar caramelizada es pasión británica, muy fácil de hacer.

La mezcla de zanahorias jengibre es otra base perfecta para  un budín con un toque exótico, va con té especiado como el earl grey.
 


Entre los budines salados me gustan los de berenjenas previamente asadas y los de zucchine, siempre perfumados con hierbas.

Un budín de carne picada bien especiado, acompañado de chutney de membrillo o de mango; o un budín de pescado que se acompaña con una salsa holandesa sirven como platos únicos poco obvios.

Los escandinavos- probé esta especialidad en Suecia- preparan uno al que llaman blödpudding, cuya base es similar a la de la morcilla y se sirve siempre con una salsa de frutos rojos.
 
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