Llegaron los robots bartender

En el sur de Alemania, el bar dedicado a la comida mexicana, Sausalitos, incorporó un nuevo miembro a su equipo de coctelería, un robot. Mezcla, prepara y bate los cócteles a la par de sus compañeros humanos.

No hay nada como llegar a tu bar de preferencia, ese de toda la vida, donde conocen tu nombre y saben hasta cuáles son tus gustos favoritos, sentarte en la barra y conversar con el bartender mientras te prepara tu trago, “el de siempre”. Este vínculo único de complicidad entre un habitué y la persona encargada de preparar su bebida es un clásico de los clásicos: todos tenemos a nuestro experto en cocktails de confianza, con quien también nos gusta charlar, compartir anécdotas y hacer observaciones sobre la carta de tragos.

Esta imagen es tan icónica, que hasta es parte de la cultura popular: en los Simpsons, por ejemplo, el cantinero de la cervecería a la que siempre va Homero tiene nombre y apellido: Moe Szyslak.

Sin embargo, como dice la canción de Bob Dylan, “los tiempos están cambiando”. No es una novedad que muchos trabajos ahora están siendo reemplazados por robots. Desde las escaneadoras automáticas de los supermercados, que permiten pagar sin tener a un cajero como intermediario, hasta la proyección de autos que, próximamente, se conduzcan solos. (¿Adiós a los taxistas?)

El futuro ya llegó y la automatización de los puestos de trabajo hace que la mano de obra humana esté destinada a ser obsoleta en casi todos los rubros. Y, ahora, los bartenders también tendrán que competir con máquinas.

Sausalitos, un bar en Munich, llamó la atención porque en su equipo de empleados se encuentra un robot que, según el encargado del lugar, puede mezclar de forma perfecta los ingredientes que elija el cliente para crear un trago excelente. “Este robot es nuestro elemento más importante. Somos la cadena de cócteles más grande de Alemania, por lo que el bar es para nosotros lo que para otros es la cocina”, aseguró, y aseveró que los clientes están más que contentos con esta incorporación.

Esta tendencia también se puede ver en el mundo de las hamburguesas con exponentes como Robo Burguer, una máquina automatizada que las cocina como si recién salieran de la plancha.

No hay dudas de que el desarrollo de la tecnología hizo que muchísimas prácticas laborales sean más fáciles, rápidas y eficientes. El mundo se mueve al pulso de la evolución de las máquinas y ahora, sobre todo, de la inteligencia artificial. Esto no solo introduce nuevas dinámicas de trabajo, sino que también crea nuevas miradas y formas de habitar el mundo.

A pesar de eso, hay que preguntarnos: ¿toda innovación es sinónimo de progreso? ¿Es lo mismo que tu trago lo prepare un robot, por más de que lo haga perfecto, que tu bartender favorito, ese que cuando te ve entrar sabe si estás feliz, triste, de festejo o estás esperando a una cita?¿Es progreso que profesionales de la coctelería pierdan sus trabajos por tener que competir con máquinas?

Ya hay programas de computación que son imbatibles en el ajedrez. Sin embargo, no es divertido jugar contra una aplicación: el desafío está en vencer a un contrincante que domine este arte con maestría y mirarlo a los ojos.

Tal vez haya robots que estén programados para preparar hamburguesas deliciosas y hagan magníficos cocktails, pero nada puede compararse con la pericia entrenada y la habilidad humana de un bartender experto que pone pasión, amor y dedicación en cada trago que entrega.