Quesos calientes para días fríos

Sabrosas opciones para iniciar una comida o como plato único.

Un plato universal, clásico y casi vintage: la célebre fondue de queso de origen suizo. Lo probé en Lausanne, nevaba, y también en Punta del Este en pleno verano en un lugar que curiosamente se especializaba en tiempos estivales en este plato del frio.

Hay otros inventos donde el queso caliente es protagonista.

Es raro encontrarlo en los menús de esta parte del mundo. Creo que pasó de moda, casi no se ven en las vidrieras de los bazares este kit de utensilios necesarios para este plato (calentador, cacerola, a veces de cobre, y pinchos). Simplemente el queso derretido en una cacerolita sobre un calentador encima de la mesa. Cada comensal tomaba un trozo de pan y lo zambullía en el queso. Un rito para tiempos más lentos.

Me gusto más, en ese estilo y probado también en Suiza, la raclette elaborado con un queso especial del mismo nombre que es levemente picantón. Por aquí se consigue, lleva el mismo nombre y se lo consume, como cualquier queso, sin fundir. Siempre lo consideré sólo apto para ser servido muy caliente sobre el plato. La técnica raclette implica pasar las papas en rodajas untándolas con el queso derretido. Tanto fondue de queso como la raclette se suelen acompañar con vino blanco seco.

Me gusta en este sur la provoleta (si es de cabra mejor) cocida sobre las brasas, con la superficie un poco dorada. La probé con grelos asados por encima. Delicia absoluta.

Otros platos donde el queso caliente es protagonista absoluto: los soufflés. Ese aéreo manjar, que aunque admita otros ingredientes, no superarán al de queso gruyere clásico y delicioso.

Y todos los gratinados, con crema de leche o manteca y abúndate queso por arriba. Gruyere y parmesano o provolone son las mejores opciones para cubrir coliflor, brócoli, pastas y etcéteras.

Omelettes de queso, la pizza con su mozzarella o ese invento de los cuatro quesos son buenas ideas.

No se debe olvidar a ese protagonista súper pop e inimitable de los sándwiches de migas mixtos tostados de jamón y queso. Imbatibles a la hora del té, del café, de la cerveza o del hambre urgente.