Así llamo Dom Perignon, al champagne, ese milagro. Este es el momento del año en que aparecen las nuevas burbujas argentinas. No lo podemos llamar champagne, lo bebemos no lo nombramos.
Bodega Salentein de la mano del ese gran enólogo que es Pepe Galante presentó en La Bourgogne, además de su primera edición de los deslumbrantes varietales Primus, especialmente las nuevas ediciones de Pinot Noir y de Chardonnay, un espumante Salentein que se posiciona como uno de los mejores de Argentina. Se inspiró en el modelo francés, ya que está elaborado a base de dos uvas tintas y una variedad blanca, las mismas que se utilizan en la región de Champagne: Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay. Es el segundo espumante argentino en utilizar Pinot Meunier, el primero fue Luigi Bosca en su notable, ya clásico Boheme. Y, como en algunas Maisons de Champagne, (también lo hace Luigi Bosca) el Chardonnay fue fermentado en barrica de roble francés. Lo que distingue especialmente a este champaña (mejor llamarlo así), es su profunda, vertiginosa identidad. Las uvas provienen de las regiones más altas del Valle de Uco. El Pinot Meunier de Finca San Pablo a 1605 mts. de altura, el Pinot Noir también de San Pablo a 1500 mts. de altura y el Chardonnay de Finca La Pampa, cultivados a 1250 metros.
Pura armonía en aromas y sabor, burbujas finísimas, aromas almendrados, a pan tostado, se mezclan con florales y cítricos. Tiene estructura, untuoso sin ser pesado, y una acidez fantástica que se da solo en estas alturas soleadas, temperaturas tan diferentes a las del neblinoso Champagne. Permanece, no tiene para nada la fugacidad de esas jóvenes, dulces estrellas pensadas para un consumidor joven.
Junto al Boheme, al de Rutini y al inefable Baron B Cuvée Millèsime Brut Nature 2008, filoso, elegante y largo. Como ellos merece ser disfrutado en su plenitud con platos y compañías adecuadas. Incluyo en la lista de Rutini Wines Encuentro Brut Nature, un Blanc de Noir 100% Pinot Noir, raro y encendido, color casi cobrizo. También de Pinot Noir, Rosa de los Vientos de Familia Schroeder, una rara rosa, seco como la Patagonia.
Otro sparkling, para no llamarlo, como en los tangos, champán, recién presentado: Gran Dante Brut Nature, es el primer espumante elaborado bajo los mandatos Champenoise por la familia Squassini, cuyos espumantes Charmat siguen cosechando éxitos en todo el mundo. Blend clásico de Pinot Noir de Tupungato y Chardonnay de Luján de Cuyo, pasó 14 meses sobre levaduras, tiene en boca una fresca y vibrante acidez, una buena estructura y capacidad de guarda. Con esta gloria apenas dorada acompañamos una comida del principio al fin en Tomo I.
Otra estrella, argentino de origen italiano, como casi todos los habitantes de este país. Martini elaboro su único espumante Extra Brut fuera de Italia, eligió Mendoza y dos buenos enólogos jóvenes para concretarlo. El wine maker italiano se refirió al método Charmat como un invento italiano, vanguardista, creación de un tal signor Martonotti. Muy buena acidez, ligero y estival, excelente para tragos, como se pudo apreciar el día de la presentación con un almuerzo en el Faena., rodeados de unicornios, esa decoración entre kitsch y onírica del restaurante del hotel.
Para los consumidores muy jóvenes y poco iniciados o para los muy longevos a quienes el dulce consuela, Norton presento recientemente una colección Cosecha Tardía (uno rosé); Asti Gancia reapareció para conmover a los nonos; New Age de Casa Bianchi tiene dos nuevos ejemplares de espumantes dulces; Navarro Correas presentó también su Dulcet (así se llama), y Mumm, del grupo Pernod Ricard Sweet Sparkling, entre muchos otros que responden a esta dulzura que no empalaga porque es moda y lo que es moda, dice el cliché, no incomoda.
Para mí, los vinos deberían ser todos secos como un latigazo, como los que le gustaban a la escritora Colette. A excepción de algunos grandes de Oporto, Jerez, Sauternes y Hungría. En todo caso en las próximas celebraciones hay muchas burbujas para elegir. Desde las notables hasta las fiesteras.
