Degustación vertical en Oviedo del primer vino top de familia Zuccardi. Diez cosechas atravesadas por el tiempo y modificadas por el terruño. Estuvieron sus hacedores principales: Jose Luis Zuccardi y su hijo Sebastián, considerado uno de los mejores enólogos jóvenes argentinos.
Cata multitudinaria: 700 copas, setenta invitados y ninguna flor. Nada que ver, por los vinos y sobre todos por los protagonistas, con aquellas degustaciones tantas veces pesadas, infinitas y herméticas. Ellos, los Zuccardi convierten un plomo en un diamante.
Zeta, recordó Pepe, fue presentado en Vinexpo, en Bordeaux en el 2004, con éxito asombroso. En esa oportunidad hicieron una comida en un Château, con platos de Dolli Irigoyen y postres de genial Osvaldo Gross, presente en esta cata de Oviedo, fascinado como todo el mundo.
Mucho vino corrió bajo el puente de la historia. El 2002, la primera cosecha asombró por su color, aun rojo, vibrante, sin matices sepias, y una soprendente frescura. Se sabe, la 2002 fue la mejor cosecha de la década. Parecía un vino más joven este blend de Malbec y Tempranillo, de Maipú y Santa Rosa, parecido al de las dos cosechas siguientes, 2003 y 2004. En el 2005 y el 2006, se añadió al corte un radiante Malbec de La Consulta en el Valle de Uco, mientras que el tempranillo seguía siendo el de Santa Rosa, zona óptima para esta variedad que caracterizó a la bodega, desde que se llamaba La Agrícola cuando la conocí.
Cambios profundos en la cosecha 2007, con Malbec y Cabernet Sauvignon de La Consulta y Guallatallary, codiciado terror del Valle de Uco y, siempre, el Tempranillo de Santa Rosa. En el 2008 otra transformación de estilos y suelos, fue cuando apareció en escena Sebastián Zuccardi. En el 2009, las mismas variedades, aunque volvió a formar parte del corte, quizás en un gesto de nostalgia, el Tempranillo de Santa Rosa.
A las cosecha 2010 y 2011, se los puede considerar varietales Malbec ya que están compuestas por 87 % y 83 % de Malbec, el resto Cab de La Consulta y Gualtallary. Estas últimas cosechas se elaboraron, firmadas por Sebastián Zuccardi bajo la mirada atenta de Pepe en la nueva bodega en el Valle de Uco, donde se vinifican las mejores líneas de la bodega. No hay brillos de inox, solo piletas de cemento, aquellas ancestrales, sin epoxi. También huevos para la fermentación, esos continentes utilizados por los nuevos enólogos vanguardistas, y un sensatísimo uso del roble, que solo depara complejidad sin tapar esta profunda esencia de los Z, con Z de Zuccardi, hacedores de buenos vinos de la A la Z.
La comida post degustación, ofrecida por Emilio Garip, consistió en Cebiche para el espumante Blanc de Blanc, mariscos en cazuela con Chardonnay Zuccardi Q 2012, y Carrillera de cerdo con mil hojas de papa para el protagonistas de la noche, Zuccardi Z 2010. La cosecha 2011, aun no está en el mercado y fue embotellada solo para esta degustación. Con el Flan de dulce de leche el mejor vino blanco patrio: Solería by Malamado.
