Una crema para caer en la tentación

La untamos en pan, en tostadas, la devoramos en los postres y hasta a cucharadas. Adorada por niños y adultos, es la crema más consumida alrededor del mundo por encima de la mantequilla de maní. Y a pesar de que hoy la encontramos en cualquier tienda o mercado, la crema de chocolate y avellanas fue el resultado de la escasez de cacao en el Piamonte, Italia, a finales del siglo XIX. Los productores, en aquel entonces, para satisfacer la demanda decidieron mezclar el chocolate con avellanas.

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La untamos en pan, en tostadas, la devoramos en los postres y hasta a cucharadas. Adorada por niños y adultos, es la crema más consumida alrededor del mundo por encima de la mantequilla de maní. Y a pesar de que hoy la encontramos en cualquier tienda o mercado, la crema de chocolate y avellanas fue el resultado de la escasez de cacao en el Piamonte, Italia, a finales del siglo XIX. Los productores, en aquel entonces, para satisfacer la demanda decidieron mezclar el chocolate con avellanas.


Al principio, se comercializaba como una pasta y se la llamaba gianduja hasta que, a mitad del siglo pasado, se desarrolló una técnica que permitió que la mezcla se ablandara y se convirtiera en una crema. En 1946, el pastelero Pietro Ferrero patentó la famosa crema y en un principio la denominó Giandujot. Más tarde adquirió el nombre con la que se comercializa hoy mundialmente: Nutella.

Sin dudas, la crema de chocolate y avellanas fue un gran hallazgo. Tan importante resultó ser que hasta tiene su propio día. Sí, es el 5 de febrero y todos los fanáticos se reúnen para rendirle honor a esta delicia dulce que la encontramos en infinidad de dulces y postres. Pero que, además, podemos hacerla en casa debido a que lleva ingredientes fáciles de obtener y se realiza en pocos pasos.

Si te ha gustado la idea de prepararla en forma casera, aquí te dejamos una receta:

Ingredientes:

1 taza de avellanas sin cáscara, 1/2 taza de azúcar impalpable, 120 gramos de chocolate amargo derretido, 2 cucharadas de cacao en polvo, 1 cucharada de esencia de vainilla, unas gotas de aceite de oliva o de avellanas (este último ingrediente es opcional).

Procedimiento:

En primer lugar, tostamos las avellanas en un horno a 200°C entre 7 y 9 minutos. Una vez que ha pasado el tiempo, las dejamos enfriar.

Si no has conseguido avellanas peladas, cuando las hayas retirado del horno, colócalas en una toalla de cocina, cúbrelas y mueve las avellanas con las manos para que la fricción de las mismas con toalla haga que se desprenda la cáscara.

Luego, coloca las avellanas en un procesador de alimentos. Tritura bien hasta que veas que toman una consistencia suave.

Seguidamente, agregamos el chocolate derretido, el cacao, el azúcar y el extracto de vainilla. Procesamos todo hasta obtener una buena mezcla, con una consistencia suave y cremosa. Si no llegas a esa consistencia, puedes añadirle una gota de aceite vegetal y vuelve a procesar (no debes excederte con las gotas ya que puede quedarte muy grasosa).

Una vez que haya alcanzado la consistencia deseada, estará lista para consumir.

Guárdala en un recipiente de vidrio. Si quieres, puedes llevarla al refrigerador.

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