Comer con Paz

Encuentro hedonista con Paz Levinson en París. Comimos en una brasserie belle èpoque, Le Petit Sommelier ¿qué más?

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Noches gélidas, días neblinosos, París siempre conserva, pese a todo su infinita seducción. París no se acaba nunca. Como el título de la novela de Vila Matas.

Esa noche, Paz propuso el lugar. Es amiga y trabaja junto al joven sommelier en entrenamientos. La familia del flaco alto, una pareja simpática son los dueños de este lugar encantador, los platos típicos de brasserie.

Caracoles bourgignonne, casi imposibles de conseguir en los restaurantes de América Latina, ostras , pato muy jugoso con foie. Platos buenísimos de la cocina tradicional,ni experimentales ni super lujosos. Los vinos, elegidos por el joven sommelier, extraordinarios, especialmente ese Bourgueil de un pequeño productor del Loire. Cabernet Franc del 2008, perfecto junto a estos platos, especialmente junto al pato saignant.

A día siguiente, visita al nuevo Museo Picasso en Le Marais, y almuerzo con amigos. Ese mediodía probé el regalo de Paz, uno de sus blancos preferidos- también adorado por Patricio Tapia- un Jura mas dorado que blanco, con una estructura potente y algo que recuerda a los Portos blancos. Extraordinario con el plato de quesos del final.

Paz ese día volvió al yugo: la mejor sommelier de Argentina trabaja en su oficio en el restaurante tres estrellas Michelin del hotel Le Bristol. Doce horas, cuando vuelve a casa sigue escribiendo poesía. Cultiva, como siempre perfil bajísimo.

Datos para el viajero: Le Petit Sommelier queda en 49, Av.du Maine; el 0133 01 2095 66 Abierto todo el día, cierra los domingos.