Comer, beber y saber decirlo

En la Ciudad de Córdoba se desarrollaron  las Primeras Jornadas de Comunicación Gastronómica “COMER, BEBER Y SABER DECIRLO”, con la participación de periodistas, escritores y comunicadores especializados que expusieron sobre los diferentes  referidos al oficio y a la profesión de informar y comunicar sobre el mundo de la gastronomía y el buen vivir. 

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En la Ciudad de Córdoba se desarrollaron las Primeras Jornadas de Comunicación Gastronómica “COMER, BEBER Y SABER DECIRLO”, con la participación de periodistas, escritores y comunicadores especializados que expusieron sobre los diferentes referidos al oficio y a la profesión de informar y comunicar sobre el mundo de la gastronomía y el buen vivir.


Este primer encuentro, el primero y único en su tipo, fue idea y organización del periodista cordobés Christian Quinteros, apoyado por la Dirección de Turismo de la provincia de Córdoba. Allí estuvimos y participamos.

Fue deslumbrante aterrizar en esta ciudad, la más antigua de Argentina y encontrar la magnificencia del centro histórico, su catedral y conventos bellamente iluminados. Y también reencontrar a sus habitantes, cultores de un humor desopilante, que oscila entre el surrealismo , el Macondo de Garcia Márquez, y la Mona Jiménez.

Especialmente porque pudimos apreciar el centro histórico desde el estudio del arquitecto Alberto Navas, un gourmet sensible, amigo del recordado Miguel Brascó, quien me inició, hace años en las particularidades de esta provincia en un lejano viaje. De aquel itinerario recuerdo haber descubierto la mejor parrilla del país, en su momento, El Faro, en Jesús María y haber visitado en sus casa a los pintores Carlos Alonso y Antonio Seguí.

Christian Quinteros, un inquieto periodista fue quien organizó estas jornadas, pero fue también quien me introdujo hace un par de años en el sabor de Córdoba, sus tradiciones, historias y paisajes. Desde Colonia Caroya con sus chacinados, los vinos, el azafrán, la polenta blanca y los platos heredados de aquellos inmigrantes que fundaron la Colonia, hasta el deslumbramiento de Traslasierra y su especial energía.

Allí, a Traslasierra volvimos, después de esas jornadas donde los porteños Maria de Michelis, Cecilia Di Tirro, Carlos Tello y quien escribe, relatamos nuestro quehacer específico como comunicadores culturales, se sabe la cocina, los vinos y el mundo que los rodea tiene que ver con la cultura, más allá de la glamorosa buena vida, aunque el tema se haya instalado como moda.

Michelis y Tello hicieron una presentación de los medios gráficos que tuvieron que ver con la gastronomía y su evolución hasta ahora. Desde aquella histórica Mucho Gusto, Petrona C de Gandulfo, y a las ecónomas, como se llamaban a las cocineras que se ocupaban de las recetas y bajaban líneas domésticas; los inicios con las revistas Adán, Status, Cuisine et Vin y Sal y Pimienta y la aparición de las secciones de cocina y vinos en los diarios. En todos estos medios quienes asistimos al encuentro estuvimos involucrados Y seguimos en el tema, al que la pantalla de elgourmet aportó un definitivo espaldarazo.

Por mi parte, tracé un panorama sobre la comunicación del vino, la evolución de los estilos en la Argentina y su relación inseparable con la gastronomía.

Cecilia Di Tirro desarrolló el tema de la comunicación radial y televisiva ya que durante años fue productora de muchos de los programas de cocina de elgourmet, junto a Narda, Lepes, Donato, Francis Mallmann y otros. Ella es quien junto a otro productor histórico produce mi programa Checa en la Radio.

Gran interés despertó entre gente joven estudiosa de los medios, quien se ilusiona con este oficio que erróneamente creen les va a deparar solo buen comer y buen beber. Es mucho más que eso. Hay que trasmitirlo, hacer agua la boca.

Las Primeras Jornadas de Comunicación Gastronómica “COMER, BEBER Y SABER DECIRLO” se desarrollaron en el Salón Auditorio del CENTRO CULTURAL CÓRDOBA (Archivo Histórico de la Provincia), Av. Leopoldo Lugones 401, Ciudad de Córdoba, un sitio de espectacular arquitectura.

El primer día cerró con la proyección del film “El Somni”, de Franc Aleu y El Celler de Can Roca, memorable, al que vimos hace un par de años con Maria de Michelis en Gastronomika, la feria de San Sebastian, simultáneamente con una cata de los vinos que incluye el film, dirigida ni mas ni menos que por el Pitu Roca.

En la ciudad de Córdoba me alojé por segunda vez en el exquisito hotel de diseño Azur. El edificio, fue alguna vez la escuela Deán Funes, donde cursara la escuela primaria Ernesto Guevara.

El viaje posterior hacia Traslasierra , su magia y sus productos será tratado en una próxima nota. Solo puedo decir que volver a las posada Las Jarillas, en San Javier, desde donde emociona desde las terracitas de las habitaciones un paisaje tan parecido al de la Toscana, probar los vinos biodinámicos de la última cosecha del Nico Jascalevich junto a un tierno cabrito al asador y papas a las brasas fue, otra vez, tocar el cielo con las manos. El cielo cordobés que, al final, nos regaló una mágica nevada.






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